Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Eclesiastés 3:1
Para
algunos a veces es difícil decirle no a un nuevo compromiso; especialmente
si se relaciona directamente con ayudar a los demás. Queremos ser
cuidadosos en darle prioridad a la responsabilidades. Y en ocasiones al no
acceder a nuevas responsabilidades, no hace sentir culpables y
creemos que fallamos por no tener una fe aumentada.
Pero las palabra del Señor tiene un mensaje claro que nos debe
alentar; la sabiduría reconoce que todo en la vida tiene su tiempo, tanto
en las actividades humanas como en la esfera natural.
Eclesiastés 3:1-8 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo
tiene su hora. Tiempo de nacer, y
tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo
de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo
de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar….
Quizás tienes planes de comprar un auto, de estudiar una carrera
universitaria, o de tener un hijo. Cuando vas avanzando de una etapa a
otra, las prioridades cambian. De seguro tendremos que dejar a un lado lo
que acostumbrábamos a hacer para darle lugar a otras cosas.
Cuando comenzamos a experimentar estos cambios de la
vida, debemos meditar y analizar con responsabilidad y sabiduría qué
clase de compromisos podemos tomar, manteniendo siempre presente que lo que
hagamos sea «todo para la gloria de Dios» (1
Corintios 10:31).
Proverbios
3:6 nos
promete que, si reconocemos a Dios en todos nuestros caminos, Él nos guiará y
nos mostrará en qué dirección debemos seguir.

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