Más de 3.000 personas se han visto obligadas a
abandonar sus hogares tras otro fuerte terremoto que sacudió el centro y sur de
Italia el domingo.
El sismo de
magnitud 6,6 -uno de los más fuertes que ha golpeado al país en 36 años-
destruyó y dañó muchos edificios históricos e iglesias.
Más de 15.000 personas han sido
desplazadas por los terremotos de la semana pasada.
El sismo afectó varias poblaciones de
montaña, muchas de ellas de importancia histórica, ya afectadas por las
réplicas del terremoto de agosto que mató a casi 300 personas: Norcia, Visso,
Castelsantangelo sul Nero y Preci.
Pero, el peor daño ocurrió en la antigua
ciudad de Norcia. Allí varias quedaron destruidas, incluyendo la Basílica de
San Benito del siglo XIV, construida sobre el lugar de nacimiento de San
Benito, fundador de la orden monástica benedictina; y la Catedral de Santa
María Argentea.
Grandes secciones de las antiguas
murallas romanas sufrieron daños y grietas en los terremotos anteriores,
básicamente se desmoronaron en escombros junto con las torres.
Imágenes de televisión mostraron monjas
saliendo apresuradamente de su iglesia hacia la plaza principal en Norcia
mientras la torre del edificio parecía estar a punto de caer. Más tarde, monjas
y curas oraron juntos en la plaza entre los escombros.
Con este nuevo sismo, personas del todo
el mundo hacen un llamado a la oración por Italia, a través del hashtag
#PrayforItaly y #OremosporItalia.
El sismo fue sentido en toda la
península italiana, con reportes de sitios tan lejanos al norte como Bolzano y
al sur como Bari. Residentes salieron corriendo a las calles en Roma, donde
edificios de apartamentos se bambolearon durante un tiempo prolongado.
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