Mientras más grande es el
objetivo que el líder persigue hacia delante, mas serán las dificultades que
habrá de pasar; y esta fue una realidad para muchos líderes prominentes en la
Escritura, como Moisés, Daniel, Noemí, David, Esther, Pedro, Pablo y muchos más
Alguien dijo: “No hay fracaso alguno, excepto cuando se desiste por
completo”. No es vergonzoso equivocarse, lo vergonzoso solo se da, cuando
se persiste en los mismos errores.
Phylis Theroux en su libro Luces de la Noche dice: “Los errores suelen ser
el puente que media entre la inexperiencia y la sabiduría”, y esta
afirmación tiene una gran validez, porque La sabiduría sólo nos llega a través
de las adversidades.
El líder efectivo no ha llegado a donde está porque todo le ha
salido bien; si no más bien, ha sabido sacar lo mejor de todo lo que se le ha
presentado en el camino, incluyendo las situaciones adversas.
Un caso palpable de esto es la vida de José. Para convertirse en un gran
líder él tuvo que ser esclavo y prisionero, ya que su espíritu tenía
que ser probado y quebrantado. Pero fue allí donde él aprendió a valorar las
adversidades como un instrumento divino, porque sabía que estas eran oportunidades
para su desarrollo y crecimiento.
El oro para ser purificado tiene que pasar repetidamente a través del fuego.
Los diamantes son creados solo bajo una extrema presión; y los grandes
líderestambién son formados a través de las pruebas.
Mientras más grande es el objetivo que el líder persigue hacia delante, mas
serán las dificultades que habrá de pasar; y esta fue una realidad para muchos
líderes prominentes en la Escritura, como Moisés, Daniel, Noemí, David,
Esther, Pedro, Pablo y muchos más.
El líder que en ocasiones se siente derrotado, es porque ha tropezado, y
tras su tropiezo, no ha sido capaz de capitalizar su mala experiencia. Esto
quiere decir que ha sufrido de manera gratuita. Pero para el líder
efectivo, cuanto más difícil es el obstáculo, más se fortalece después de
superarlo. Porque no hay fracaso alguno, excepto cuando se desiste por
completo.
Santiago nos dice: “Por tanto hermanos tened paciencia hasta la venida del
Señor. Mirad como el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando
con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. Tened también
vosotros paciencia y afirmad vuestros corazones porque la venida del Señor esta
cerca. Hermanos míos tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los
profetas que hablaron en el nombre del Señor”.
La clave de un líder victorioso y maduro, es el proceso de aprender,
compartir y crecer; pero en ocasiones, el proceso de aprendizaje se da bajo el
procedimiento de prueba y error.
Esto es como la historia del niño que fue a patinar en el estanque helado. Su
madre a lo lejos lo ve resbalar, tropezar y caer de manera constante. En una de
esas en que el niño después de caer trata de volver a ponerse en pie, la madre
corre al rescate y le dice: “¡Hijito, quítate esos patines antes de que te
lastimes! Pero el niño sigue esforzándose y le responde: “Mamá, me compré los
patines para aprender a andar con ellos, no para quitármelos solo porque me
caigo”.
Tu y yo estamos de acuerdo que un error es una evidencia de que alguien ha
intentado hacer algo, pero hay gente que experimenta frustración o
desmotivación cuando no aceptan los hechos de vida, en que intentando hacer
algo, surgen errores o tropiezos.
El Salmo 105:17 al 19 nos habla acerca de los tiempos difíciles de José. Cuando
fue vendido y convertido en esclavo, cuando le pusieron grilletes en sus pies;
y todo esto como parte de las pruebas y proceso que tenía que pasar. José no
escogió el tiempo de su vida, ni las pruebas que él enfrentó; pero lo que sí
decidió, fue aprender y crecer.
La puerta hacia la victoria gira sobre las bisagras de la oposición. Tan
necesarios son los fracasos como los logros para formarnos como líderes
efectivos, siempre y cuando los primeros los procesemos de la forma correcta y
entendamos, que “los que a Dios aman, todas las cosas les acontecen para bien”.
Tomó mas de una década, pero José aprendió el valor de las adversidades,
viéndolas como instrumentos divinos en su desarrollo. José se convirtió en un
gran líder en Egipto, solo después de haber pasado cada una de las pruebas que
enfrentó en la vida; porque las adversidades, son las que muestran el temple de
una persona.
El crecimiento de José fue largo y próspero, pero finalmente se dio cuenta que
Dios estaba dirigiendo el proceso. También reconoció que estaba creciendo como
líder, para un propósito mucho más grande que el que pudo haber imaginado.
Cuando finalmente reveló su identidad a sus hermanos, José compendió su vida
con estas palabras: “¿Acaso estoy yo en el lugar de Dios?, vosotros pensasteis
contra mí, mas Dios lo encaminó a bien para hacer lo que vemos hoy, y para
mantener en vida a mucho pueblo”. Vio todo lo que pasó en su vida, y reconoció
que este proceso había sido necesario para convertirse en un líder efectivo.
Un diamante es una valiosa joya que como el líder efectivo, destaca
en cualquier lugar, pero no olvidemos que un diamante fue un pedazo de carbón
que hasta el final, se mantuvo firme; y mantenerte firme hasta el final, es tu
responsabilidad como líder.
Por otro lado, admitir un error es una demostración de fortaleza, no una
confesión de debilidad, siempre y cuando obtengamos de él la debida enseñanza
que nos permita crecer, y hacer las cosas con una mejor perspectiva en el
futuro.
Al mundo, a tu familia, a tu iglesia, a tu empresa o a tu comunidad no le
interesa las tormentas que hayas encontrado por tu ruta, lo que más bien les
importa, es si has traído el barco de vuelta; para que puedas contarles todas
las vivencias que tuviste, y las experiencias que adquiriste a través de ellas.
Aprende de tus errores y crece, pero no permitas que las semillas te
quiten el placer de comerte una sandía, cuando estas te aparezcan, bastará con
que las apartes. Recordemos lo que San Pablo le dijo a los cristianos de Roma:
“... nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no solo esto, sino
que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación
produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza”.
FRASES DE LIDERAZGO PARA REFLEXIONAR
• El mejor contrincante con el que puedes entrenar para la pelea de la vida, es
la adversidad. Walt Schmidt
• Aventura, es la forma romántica de llamar a las dificultades. Louis L’Amour
• Una cosa es aprender del pasado y otra revolcarse en él. Kenneth Auchinclos
• Un error no se convierte en una equivocación, hasta que té niegas a
corregirlo. O.A. Battista
• Los vientos y las olas ayudan siempre al navegante más hábil. Edward Gibbon
• Es mejor ser osadamente decidido y correr el riesgo de equivocarnos, que
analizar mil veces las cosas y tomar la mejor decisión demasiado tarde.
Marilyn M. Kennedy
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