INDIA.- Una mujer era adorada por la
comunidad como la "diosa serpiente",
a quien le traían ofrendas y
se postraban ante ella. Sin embargo, un poderoso encuentro con Jesús, hizo que abandonara la magia negra, para seguir al Dios verdadero.
Nagamma creció
en el sur de la India, donde muchos jóvenes le adoraban por considerarla una "diosa". Su familia era de la clase Dalit, en
el peldaño más bajo de la escala social de la India. Su padre era un asistente principal de la magia negra que
le enseñó el oficio a su hija desde una edad temprana.
Nagamma adoraba a muchos
ídolos y practicaba la brujería. "Las serpientes
eran mis dioses favoritos", señala. Cuando era niña comenzó a alimentar a las serpientes con leche, hasta que en una ocasión, a los 12 años de edad,
fuer mordida por una serpiente.
Su padre la llevó inmediatamente al hospital, donde
los médicos pudieron quitarle el veneno de su cuerpo. Después de tres días su condición mejoró, pero
aparecieron los efectos secundarios poco
comunes. "Tenía un cambio total en mi cuerpo y mente. Mi color también cambió", recuerda.
Comenzó actuar como una serpiente, por lo que fue llevada al "templo de la
serpiente" y fue sentada allí. Por lo tanto, el pueblo la
consideró como la "diosa serpiente".
La gente comenzó a traerle ofrendas como leche, frutas, flores y dinero,
mientras que otros se postraban ante ella hasta el suelo.
Después de algunos años, Nagamma y su familia
fueron visitados por unos evangelistas, que les compartieron el mensaje del Evangelio y les obsequiaron Biblias.
Pero el padre de Nagamma se enfrentó a los hombres y le dijo que su hija era
una "diosa", y que deberían adorarla en lugar de Jesús.
En otra oportunidad, Nagamma tuvo un sueño:
"Un hombre hermoso y vestido de blanco vino
a mí y se sentó a mi lado. Él me mostró sus manos y vi lesiones causadas por clavos", cuenta.
"Él me dijo que me amaba y que era mi Dios y
Señor. "Yo soy la paz y vida eterna. Yo soy la puerta, los que vienen a mí
serán salvos. El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. He venido
para que tengas vida y la tengas con abundancia"", narró la mujer.
Al despertar, recordó las mismas palabras que los evangelistas le
dijeron, entonces entendió que se trataba de
Jesús. Emocionada, ella se arrodilló y lo reconoció como Señor. Al día siguiente, Nagamma comenzó a romper todos los ídolos
de serpientes que había en su templo, lo que no le gustó a su familia,
especialmente a su padre.
.La ataron a un árbol y la golpearon. "He
enfrentado a muchas otras persecuciones, pero no he perdido mi fe en Jesús",
dijo. Después fue bautizada y su nombre fue cambiado a María, ya que Nagamma significaba
"diosa serpiente". Hoy recorre pueblos compartiendo el Evangelio, que
es mensaje que transforma vidas.
Fuente: AcontecerCristiano.Net
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