
INDIA.
– Kasabi Samari, una mujer de 55 años, recientemente fue atacada por sus
vecinos. Golpeada y desnudada en público y, después de su muerte, fue quemada.
El caso ocurrió en el pueblo donde vivía, en la región de Chhattisgarh, en el
este de la India. La única razón de esto fue el hecho de que era cristiana en
medio de una comunidad hindú.
El primer ministro de la India, Narendra Modi, pronuncia muchos
discursos haciendo hincapié en que su gobierno trata a “todas las religiones
con el mismo respeto”.
Sin
embargo, desde que asumió el cargo, los cristianos en la India están
enfrentando un aumento de violencia, ataques y restricciones de derechos.
La India actualmente ocupa la posición número 17 en la lista de
los mayores perseguidores según Puertas Abiertas. Esta es la posición más alta
del país dirigido por Modi.
Al evaluar la situación, el pastor Richard Howell de la
Asociación Evangélica de la India, dijo: “El hinduismo político llegó al
gobierno y la persecución de las minorías comenzó … Cada semana hay tres o
cuatro incidentes de grupos armados que atacan a los cristianos”.
Plantadores de iglesias indios que trabajan con las misiones
extranjeras reportan que muchos líderes cristianos han sido detenidos,
obligados a abandonar sus hogares y atacados por su participación en la
predicación del Evangelio.
En algunos casos, los miembros de la familia también han muerto.
Los nuevos convertidos son entonces atacados y sufren de la violencia y la
exclusión dentro de sus comunidades por haber abandonado las antiguas creencias
del hinduismo.
De hecho, las leyes contra las conversiones están en vigor en
cinco estados de la India. Sin embargo, impiden a los que simplemente desean
alejarse del hinduismo, considerada la religión nacional. De acuerdo con
Puertas Abiertas, incluso en estados donde no hay leyes que prohíben la
conversión, hay estructuras locales que restringen la libertad de los
cristianos. El radicalismo hindú está creciendo y los que atacan a la iglesia y
los cristianos no sufren algún tipo de castigo.
Esta persecución alcanzó un máximo histórico, además de la
multiplicación de los ataques contra iglesias cristianas también se está
afectando a las organizaciones benéficas mantenidas por ellos. Compasión
Internacional dice: “Lo que enfrentamos es un ataque sin precedentes, muy
coordinado, hecho de manera deliberada y sistemática con el fin de expulsarnos
del país”.
“El gobierno cree erróneamente que estamos utilizando el dinero
para convertir los indios al cristianismo”, dice Stephen Oakley, asesor general
de Compasión Internacional. “Esto es discriminación, pura y simple”.
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