Decenas de presos encontraron la salvación y un
cambio en sus vidas gracias a la Obra del Espíritu Santo obrando a través de un
conocido ministerio cristiano. Ahora ellos son instrumento de evangelización
para las comunidades marginadas de México, impartiendo alimentos tanto para la
salud física como la espiritual.
Los exprisioneros vieron una nueva oportunidad de trabajo y
evangelización a través de la iniciativa del pastor Carlos Mariñelarena,
misionero en México. Él ha abierto locales de cocina en comunidades marginadas
dirigidas por exconvictos para ayudarlos con su dignidad y difundir el mensaje
del Evangelio a través de sus vidas.
Este proyecto, que ya tiene 13 años de funcionamiento, ha
llevado a cientos de familias a la fe en Cristo en el municipio de
Mazatlán. Dentro del proyecto, se imparten regalos a los hijos de los
prisioneros mientras evangelizan, también hay proyectos de alimentación
infantil en las zonas más pobres de la ciudad, y programas de salud.
El pastor ahora tiene 12 programas de servicio de alimentos
dirigidos por expresos rehabilitados y sus familias. Una vez reintegrados a la
sociedad, Mariñelarena y su esposa, Marilu, colocan a exprisioneros en los
sitios del proyecto para que puedan ayudar a servir el desayuno y ministrar el
Evangelio.
“Este ministerio nació en prisión. Trabajamos con personas
que están sin esperanza. Entonces compartimos a Cristo con ellos, los
bautizamos y les enseñamos a trabajar”, explica el pastor. Quienes los dirigen
no reciben ingresos. “Todos somos voluntarios. No cobramos; lo
hacemos por amor, pero ganamos mucho porque el Señor nos paga", dijo
Mariñelarena, un hombre que imparte fe y esfuerzo al pueblo cristiano.
Fuente: impactoevangelistico.net
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