Bob y Judy Willard son una pareja de misioneros
que, a pesar de tener una buena profesión, decidieron vivir en uno de los
barrios más pobres y violentos de Cleveland, Estados Unidos, con el único
objetivo de conducir a los perdidos hacia la senda de salvación. Ellos caminan
largos kilómetros en busca de vidas que le entreguen su corazón a Cristo.
La familia Willard decidió vivir y comenzar su ministerio en una
de las regiones más violentas de Cleveland. Pese a construir una carrera en el
mundo corporativo para después servir en la Marina de los EE. UU., esta familia
no solo se niega a las comodidades, también lucha por salvar a los perdidos,
respondiendo así el llamado del servicio misionero.
A pesar de que la región está calificada con una alta tasa de
violencia y necesidad financiera, la pareja decidió instalarse allí con sus
cuatro hijos. "Elegimos vivir donde ministramos y nos apasiona llegar a
las personas. Vemos lo que ven, sentimos lo que sienten, y oramos por
la paz y contra todo espíritu de violencia", dijo Bob a AG News.
Un bello fruto de su esfuerzo y trabajo es Daynet, de 24 años.
Ella se encontraba deprimida y sin esperanza cuando conoció a Dios. Le hablaron
de Jesús y entendió que realmente su vida era un tesoro. “Ellos me ayudaron a
saber que realmente importaba. Le pedí a Jesús que viniera a mi corazón, y Él
lo hizo", testifica Daynet, quien hoy es un apoyo para el Cuerpo de
Cristo.
Hasta el momento, varias personas como prostitutas, traficantes
de drogas e indigentes, son bendecidos por Dios a través de sus instrumentos.
Lo que inició como una reunión en la sala de un hogar, se convirtió en una obra
fructífera de salvación.
Dios bendiga a los hombres y mujeres que aceptan el llamado de
Dios. Recordemos lo que dice Su palabra: Muchos son los llamados, pocos los
escogidos. ¿Eres llamado o escogido?
Fuente: impactoevangelistico.net
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