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Argelia es el país más extenso de todo continente africano. Con una población de 40 millones, siendo el 99% de ellos musulmanes, cualquier intento de evangelizar a un ciudadano está prohibido por la ley.

Desde 2006, la antigua colonia francesa demuestra no tener intención de permitir que iglesias sean establecidas en su territorio. Sin embargo, con las elecciones presidenciales acercándose y el partido de oposición MSP creciendo, el gobierno inició una nueva ola de represión a los pocos cristianos que quedan en el país.

“Desde noviembre del año pasado vienen cerrando las iglesias, diciendo que son ilegales“, dice Ali Khidri, presidente de la Sociedad Bíblica de Argelia. Él es uno de los tres pastores, al lado de Mustafa Karim y Youssef Ourahmane, que representan a la Asociación de las Iglesias Protestantes de Argelia, que están pidiendo oración de los cristianos de todo el mundo por su nación.

Un informe producido por las instituciones que defienden la libertad religiosa Puertas Abiertas, Middle East Concern y Christian Solidarity Worldwide afirma “Las presiones han aumentado significativamente desde el final de 2017, cuando los inspectores del gobierno pasaron a exigir licencias autorizando el culto no musulmán”.

El problema es que estas licencias ya no se emite desde 2006, cuando un cambio en la ley ha prohibido la existencia de las “iglesias domésticas”. Quien desobedezca puede ser condenado a una sentencia de prisión entre uno y tres años de prisión y multa entre 1.400 y 4.200 dólares.

Quien sea denunciado por proselitismo podrá tomar de dos a cinco años de cárcel y cualquiera que imprima o distribuya material que tenga como objetivo “sacudir la fe de un musulmán” tiene pena similar.

Khidri cuenta que un sacerdote fue arrestado tras ayudar a algunos musulmanes. Su ayuda fue considerada un intento de “sacudir la fe de un musulmán”.

Fuente: Biblia Todo

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