Algunas de estas mentes vieron en su
conocimiento y creatividad la oportunidad para expandir el evangelio.
Silicon Valley, en Estados Unidos, ha sido
reconocida como la ciudad de la tecnología y la innovación. Empresas como
Apple, Google y Facebook trabajan en este lugar. Algunas de estas mentes vieron
en su conocimiento y creatividad la oportunidad para expandir el evangelio.
Como ministro en la Iglesia Presbiteriana
Menlo Park, Kevin Kim vio iglesias perder innumerables oportunidades para
aprender de quienes llenan las bancas.
“La Iglesia necesita ser más creativa, más
alteradora. Digo, Dios merece lo mejor de nuestra imaginación”, dice Kevin.
De ese pensamiento surgió “El Código para
el Reino”.
Empezó con una sesión de ideas. El amigo de
Kevin, Neil Ahlsten, un administrador de desarrollo empresarial de Google, le
ayudó a iniciarlo.
Kevin, Neil y sus amigos fueron los
anfitriones de estos eventos por cinco años más… pero, notaron que empezaban a
perder impulso.
Y era momento de seguir adelante… Neil lo
hizo al trabajar por su cuenta y lanzar la empresa tecnológica de fe llamada
Carpenters Code.
La empresa creó una aplicación de oración
llamada “Abide”.
“Abide te da meditaciones guiadas en audio
y varían de 2 minutos a 15 minutos aproximadamente y están enfocadas en las
Escrituras. Tomamos un versículo de la Biblia y un tema relacionado y luego, lo
lleva a uno a través de un tiempo de reflexión”, comenta Neil.
Y Kevin tomó lo que aprendió e inició su
propia compañía, enfocada en el trabajo misionero tecnológico llamado Basil
Technologies.
“La idea es que Dios nos llenara como
tecnólogos, desarrolladores y diseñadores con su Espíritu Santo, para hacer su
trabajo santo. Nuestro enfoque era elaborar un producto. No queríamos tener
solo ideas y ver qué hacíamos. Pensamos en hacer menos ideas, trabajar más de
cerca con estos ministerios y organizaciones sin fines de lucro y
desarrollaríamos un producto”, comenta Kim.
El equipo espera que al concientizar
empresas tecnológicas grandes podrán juntos crear soluciones efectivas. Con
solo un año, Basil tiene planes de expandir. Pero, por ahora, piensan en mejorar
sus procesos y lentamente esparcir la palabra con el trabajo de algunos de los
mejores y más brillantes técnicos.
Fuente: http://www1.cbn.com
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