Un abogado que asistió a una de nuestras reuniones le
dijo a un amigo al terminar: Hoy sí que he recibido por dentro una raspada con
papel de lija. Todos necesitamos de vez en cuando una buena lijada interior con
el papel de lija de la disciplina, que nos deje como nuevos.
Efesios 5.16; Colosenses
4.5; Juan 9.4; Proverbios 6.6
Tenemos que acordarnos que la presente es una
generación indisciplinada. Podría gustosa cambiar el primer verso del Salmo 23
y decir: “El Señor es mi chofer, y no caminaré”.
Como alguien lo ha dicho: “La Iglesia está
enfrentándose con una generación que a fuerza de bebida quiere lograr
prosperidad, que guerrea por la paz, que quiere hacerse rica despilfarrando e
ir al cielo por caminos deleitosos”. Esto es imposible. Tenemos que disciplinar
todo lo que se relaciona con nuestra vida y muy especialmente nuestro tiempo.
Como dijo Wesley, que era experto en el uso del
tiempo: “Nunca estés desocupado, y cuando estés ocupado, dedícate a tu
ocupación”. Pablo lo expresa así: “Redimiendo el tiempo, porque los días son
malos”.
En fotografía se nos dice que un buen retrato
depende no sólo de lo que sale en él sino de lo que se deja afuera de él. Tu
capacidad para decir “No” determina tu capacidad para decir “Si”. Debes poder
decir “No” cuando se trate de cosas pequeñas, para poder decir “Si” cuando se
trate de las grandes cosas.
La vida depende de la eliminación tanto como de la
asimilación. Alguien preguntó a un distinguido director de colegio qué era lo
primero que se necesitaba para ser un buen director, y el interpelado contestó:
“Una canasta para tirar los desperdicios”. Mi trabajo me obliga a ir a muchas
casas y muchos hoteles y lo primero que busco donde quiera que vaya es la cesta
de desperdicios. Arrojemos de nosotros todo lo que no sirve.
Creo en las recreaciones que re-crean; pero cuando
sólo consumen tiempo y nos producen fatiga, hay que abandonarlas. Alguien ha
dicho refiriéndose al “bridge” que es “un asalto al tiempo con intenciones de
matar”. Si matas el tiempo, te matas a ti mismo, porque tú eres parte del
tiempo. El doctor William Osler, cirujano distinguidísimo, cuando se trasladaba
de un lugar a otro se entretenía haciendo nudos en un cordón para estar en
aptitud de poder hacer rápidamente nudos en algún momento difícil de alguna
operación.
Padre mío y mi Dios, quiero estar listo para el
momento en que pueda ser de mayor provecho, para aquel momento que requiera
todo lo mejor que haya en mí. Ayúdame en todo tiempo a estar listo para ese
momento supremo. Ayúdame a estar preparado mediante la preparación constante.
Por Cristo Jesús. Amén.
Fuente: Vida en abundancia
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