Las autoridades
acusaron al pastor Nguyen Cong Chinh de incitar a los presos de la prisión de
Phuoc Binh Duong a hacer una huelga de hambre para exigir que se le permita
hacer su llamada de cinco minutos cada mes a su familia, que le corresponde por
derecho y le fue negado por ser cristiano.
Por ello, Chinh fue transferido a otra prisión donde fue puesto
en aislamiento por conducir supuestamente la protesta. Su familia, no tuvo
conocimiento de la transferencia, pero su esposa, Tran Thi Hong lo descubrió
cuando fue a visitarlo.
“Llegué a la prisión de Loc Xuan, donde lo trasladaron, al día
siguiente y los funcionarios de la prisión me dijeron: ‘A Chinh no se le
permitió llamar a su familia o informarles de que había sido trasladado porque
se negó a aceptar sus crímenes’, Les dije que mi marido no hizo nada malo y que
lo trataban de forma inhumana” manifestó Hong UCA News.
Cuando por fin Hong, pudo comunicarse con su esposo, le reveló
que cuando él y los otros presos pidieron que se les permita hacer su llamada
telefónica mensual, las autoridades penitenciarias les dieron alimentos
mezclados con el vidrio quebrado y plomo. Otras veces, les daban comida con
moscas muertas. Su agua olía como si hubiera sido mezclada con insecticida.
Aunque el camino se torne peligroso y sienta desmayar, Chinh
sigue firme en su fe, peleando la buena batalla aunque intenten amedrentarlo,
quitándole su arma de doble filo, la Biblia.
Publicar un comentario