Una difícil decisión que enfrenta una mujer soltera en Cristo es
el tener que terminar con su novio. Ciertamente vivimos en una época de pocas
iglesias sanas, y esas iglesias no están pobladas de muchos buenos prospectos
masculinos. Pero, entendiendo que el noviazgo es un tiempo de preparación para
el matrimonio, la falta de otros “prospectos: no es de ninguna manera una razón
piadosa para mantener un noviazgo que no parece llevar a un matrimonio santo.
Aunque la Biblia no habla de relaciones de noviazgo, en ella
encontramos principios de vida y mandamientos específicos de Dios aplicables a
una relación de este tipo. Por tanto, si no prestamos atención podríamos
encontrarnos en franca desobediencia a Dios. Es por eso que quiero presentarte
algunos principios y señales que puedan ayudarte en esta difícil situación.
Señales de alerta
1) La unión en yugo desigual.
2 Corintios 6:14-16 nos llama de manera clara a que no nos
unamos en yugo desigual con un incrédulo, porque qué comunión tiene la luz con
las tinieblas o qué tiene en común un creyente con un incrédulo. Hay un
sinnúmero de razonamientos que pudieran parecer piadosos cuando una mujer
cristiana trata de justificar su relación con un inconverso: “él va todos los
domingos a la iglesia”, ”él lee la Biblia”, ”él no toma bebidas alcohólicas”,
”él no sale a fiestas”. Todo eso puede ser muy válido, pero no es suficiente.
Además de que el Señor a través de su Palabra lo prohibe, lo cual debería ser
razón suficiente para desestimar la idea de unirme con alguien que no comparta
mi fe, piensa en lo siguiente: El muchacho puede tener todas las cualidades del
mundo, pero si en él no mora la tercera persona de la Trinidad, hermana mía, no
hay ninguna garantía de que su comportamiento sea sostenible con el tiempo.
Los problemas del noviazgo se triplican en el matrimonio, y si
no tienes la certeza de que ese hombre ama más a Dios de lo que te ama a ti,
entonces no hay esperanza. ¿Quién produce el arrepentimiento? ¿Quién da
convicción de pecado? ¿Quién mueve un corazón a perdonar? ¿Qué mueve ese
corazón a morir a sí mismo para servirte a ti? ¿De dónde llena su mente de
sabiduría? De forma consistente y garantizada, estos cambios solo se producen
en un creyente, así que si tu novio no lo es, esta es una razón de peso para
romper con esta relación.
2) La violación del mandato de Dios a huir de la fornicación
Efesios 5:3 nos dice: “Pero que la inmoralidad, y toda impureza
o avaricia, ni siquiera se mencionen entre ustedes, como corresponde a los
santos”. El apóstol Pablo hace un llamado imperativo al cristiano a desechar
dicha práctica (cp. 1 Co. 6:13, 18; Col 3:5). 1 Juan 1:9 nos recuerda que si
confesamos nuestros pecados Él es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos,
pero una práctica constante de pecado debe llevarme a revisar si en verdad
estoy en el Señor (1 Jn. 3:8-9). Frente a la lujuria y la fornicación, la
Palabra nos manda a huir (1 Co. 6:18). Así que si estás en una relación de
noviazgo donde la pureza sexual no ha podido ser practicada, entonces esta es
una razón contundente que la Biblia te da para terminar esa relación (1 Co.
6:18), al menos por ese momento, a no ser que sea posible un matrimonio al
corto tiempo. Aquí, como en todo lo demás, te recomendaría que pudieras hablar
con tu pastor o alguna persona madura, confesar tu pecado, y buscar juntos la
voluntad del Señor.
Hay otras razones que son también válidas al considerar si debo
de terminar mi relación de noviazgo, aunque a mi parecer pudieran verse en cada
caso de manera particular.
Cuando tienes dudas
Si una novia me preguntara qué hacer ante la duda de si
permanecer o no en una relación, le consejería lo siguiente:
1. Ora y pídele al Señor sabiduría.
Es momento de llamar a la razón. El corazón y los sentimientos
hay que dejarlos a un lado y tratar de pensar sabiamente en lo que estoy
haciendo.
2. Busca consejo.
Tus padres, aun no fueran cristianos, tienen experiencia de vida
y te pueden ayudar a evaluar tu relación. Si son buenos padres, de seguro te
aman y quieren lo mejor para ti. Busca consejo de tus líderes espirituales.
Dios ha dotado a su iglesia con dones de exhortación y discernimiento. Puede
que tus pastores o líderes les conozcan, y conocen el consejo de Dios, por lo
que están habilitados para darte un consejo piadoso. Si son personas maduras en
la fe, y espero que así sean, te darán un consejo imparcial y útil para cumplir
el objetivo de que puedas glorificar a Dios en tu caminar. También pregunta a
tus amigos piadosos. Ellos son los que probablemente estén observando tu
relación más de cerca. Recuérda que fieles son las heridas de un amigo (Prov.
27:6), así que exhórtalos a que te den su opinión.
3. Evalúa tus expectativas.
En toda relación interpersonal, debemos siempre tener las
expectativas correctas. Es necesario entender entender que somos pecadores y
que de una forma u otra las personas no van a llenar por completo nuestras
necesidades emocionales, porque eso solo lo llena Dios. Ahora bien, una
relación de noviazgo no debe ser tortuosa. ¿Está tu relación caracterizada por
problemas continuos? ¿Trae continuamente a tu vida dolor en vez de gozo? ¿Está
tu relación de alguna manera alejándote de Dios? Si entiendes que la balanza se
ha inclinado más para el lado negativo, entonces es tiempo de evaluar
seriamente tu relación.
4. Toma una decisión.
No es sano que por tu indecisión, dudas o miedo le hagas perder
el tiempo al otro y también pierdas el tuyo. Entre más rápido tomes la
decisión, menos ataduras emocionales vas a crear con esa persona y con los que
lo rodean. La separación de personas que han permanecido juntas por largo
tiempo es muy dolorosa, además de que el tiempo, el cariño y la costumbre son
factores que incrementan mi ceguera a la hora de evaluar la situación.
La antesala al matrimonio
El noviazgo es la etapa previa al matrimonio y es donde se te da
el tiempo para conocer a esa persona de forma más intencional e íntima, a la
vez que prepararse juntos para la boda, brindándote esto la oportunidad de
evaluar si esta persona tiene el carácter y las condiciones bíblicas para ser
el hombre con el que pases el resto de tu vida.
Una mujer que confía en Dios debe caminar por fe y no por vista.
Aun sea tu novio el único soltero disponible en la iglesia, no temas abrir tus
manos y entregar esa relación a la voluntad de Dios, si ves que esta no es la
persona para ti. Busca el reino de Dios y su justicia y lo demás, vendrá por
añadidura (Mt. 6:33). Recuerda que nuestra satisfacción final está en Cristo y
en nadie más: una relación de noviazgo no es lo que nos hace estar completas, y
menos si es una relación que no es de Su agrado. No hagas nada por egoísmo ni
por vanagloria (Fil 2:3). No hagas nada motivada por el miedo al qué dirán o a
quedarte sola. Aquel que sostiene el universo con la Palabra de su poder (He.
1:3), ¿no crees que es poderoso para traer a tu vida aquello que genuinamente
necesites?
Escrito por Charbela El Hage de Salcedo
Fuente:
https://www.thegospelcoalition.org/coalicion/article/como-se-si-debo-terminar-mi-relacion-de-noviazgo
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