Ursula Ibaraki se convirtió a Cristo tras 21
años de oración de su hermana. Desde entonces, Ursula ha orado incansablemente
por otros, llevando a decenas de personas a los pies de Cristo y presenciando
grandes milagros.
Ursula nació en Alemania, pero vive en Sídney, Australia, desde
hace algunos años. Actualmente tiene 72 años. “Jesús me salvó a los 55, porque
mi hermana oró por mí durante 21 años”, explica ella. Desde entonces, Ursula ha
orado por otros, haciendo de la oración su ministerio. “Comencé a orar por mi
familia, amigos y vecinos. Y vi increíbles salvaciones”.
“Una amiga, a través de la oración y
después de darle una Biblia, fue a la iglesia donde fue salvada de una manera
increíble”, añade Ursula, quien toma nota de las peticiones de oración en su
‘agenda de oración’. “Mi hermana y yo seguimos orando”, explica. Úrsula fue
testigo de muchos milagros productos de la oración.
Presenció también la sanidad de un niño que
sufría de artritis y que usaba silla de ruedas, quien fue completamente sanado
de esa condición, abandonando para siempre la silla que lo limitaba. “Todo es
por fe. ¿Quién soy yo? No soy nada... Se trata de Jesús y no de mí”, afirma
Ursula.
“Tengo una conversación con Dios, solo abro
mi corazón y pregunto: '¿Qué tienes reservado para mí hoy?' Siempre le doy
gracias a Dios por lo que hará”, dice. Cuando se le pregunta sobre el secreto
de una vida de oración exitosa, Ursula enfatiza que se trata más del estado de
su corazón que de las horas que dedica: "En mi opinión, no se trata tanto
de la cantidad de tiempo, sino de lo que hay en tu corazón cuando lo haces”.
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