Según el noticiero Mission Network News, Nick* viajó como
misionero hasta aquel país africano a donde Dios lo había llamado. Una de las
primeras actividades evangelísticas que realizó fue proyectar la película de la
vida de Jesucristo en una prisión, en una sala con 90 presos. Para sorpresa
suya, todos estaban sedientos de la Palabra de Dios.
Mientras escuchaban el mensaje de perdón
que, para muchos de ellos, era opuesto a lo que su cultura les había enseñado,
Nick y otros misioneros les repartían biblias en audio. Finalmente, se les
preguntó quiénes querían aceptar el sacrificio de Cristo en la cruz, y 85
hombres arrepentidos por sus pecados levantaron las manos.
Luego de la oración, uno de los presos que
acababa de rendirse a los pies del Maestro les pidió que visitaran las otras
aldeas y compartieran la Palabra de Dios. Tras haber oído el precioso mensaje
de salvación y redención, los presos anhelaban aprender más de aquel Cristo que
los había libertado de cadenas espirituales, pero también anhelaban que sus
familias sean salvas, por eso querían que el evangelio se propague por todas
las aldeas.
“Aquel preso nos relató que tenía muchos
demonios que lo atormentaban y no lo dejaban dormir, pero hizo la oración para
que Dios lo perdone y lo liberte. Poco después, nos volvimos a encontrar con él
y nos contó que ya no era atormentado y que incluso estaba asistiendo a los
estudios bíblicos dentro de prisión”, comenta Nick. ¡No cabe duda que Dios es
el Único que puede convertir a un pecador en un siervo de la justicia!
Fuente. joeirizarrynoticiascristianas.com
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