Un ex
musulmán convertido al cristianismo estuvo en la cárcel por predicar la
Salvación en Jesús
Un ex
musulmán convertido al cristianismo estuvo en la cárcel por predicar la Salvación
en Jesús. Cuando salió de la prisión compartió el Evangelio de Cristo a más de
10 mil musulmanes en diferentes lugares de la región.
La
historia de Wahid (nombre cambiado por seguridad) fue contada en el evento
Misiones Fest 2018 en Vancouver, Canadá, por el misionero Trevor Larson, quien
ayudó al evangelista a plantar varias iglesias.
Wahid
llegó a la cárcel, pero Dios seguía trabajando. Estando en prisión, logró
obtener una posición administrativa que le permitió compartir el Evangelio con
otros detenidos”, contó Larson, quien pasó los últimos 25 años en misiones
secretas en Asia.
Cerca
de 12 de estos detenidos se unieron a Wahid después de cumplir sus condenas,
juntos empezaron a predicar el Evangelio en las regiones vecinas. “En 2007, 86
personas oyeron hablar del Evangelio a través de él y 66 aceptaron a Jesús. En
2014, había 167 creyentes”, dijo Larson.
En
enero de 2015, Wahid buscó Al equipo de Larson para que le ayuden a organizar
su trabajo de discipulado. En este proceso, Larson aconsejó a Wahid a trabajar
con el enfoque en los nuevos creyentes en vez de basarse en las actividades.
El
resultado fue marcado por un crecimiento asombroso. “Había 220 creyentes y
dentro de seis meses, el número saltó a más de 600”, celebró Larson. “Empezaron
a tener una visión de ir a evangelizar a la siguiente región”.
Con el
apoyo de Larson, Wahid y su grupo difundieron el Evangelio a las islas
circundantes. “Durante este período, sin mi conocimiento, vendió su casa para
financiar el tercer envío de misioneros a la isla”, recuerda, observando la
pasión de Wahid por el Reino de Dios.
A lo
largo de los años, Wahid y su equipo han alcanzado a más de 10000 personas con
el Evangelio. Larson cree que los círculos de entrenamiento y el trabajo en
equipo han hecho una diferencia en la labor misionera. “Cuando pasamos a un
pensamiento de la iglesia fuera de las paredes, entonces comenzamos a ver
nuestra comunidad como un sistema”.
Fuente: Revista Logos
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