Debemos desarrollar confianza en la
provisión de Dios
1.- Lectura Bíblica: Salmos 23:1-4
2.- Meditación familiar:
El día que lo despidieron del empleo,
Roberto sintió que el mundo entero se hundía bajo sus pies. En cuestión de
segundos pensó en su esposa, en los hijos, en sus obligaciones con las cuotas
pendientes de la hipoteca, y en el cúmulo de asuntos pendientes. “Debe ser una equivocación”, murmuró. Revisó de nuevo el
destinatario del mensaje y corroboró que, en efecto, era para él.
Llegar a casa fue una verdadera odisea. No quería ver
el rostro de su esposa, y en la mente daba vueltas sobre la forma como se lo
diría. Incluso, a pocos metros de la puerta, contó cada paso que le parecieron,
en su conjunto, una eternidad. Por fin enfrentó la realidad.
Laura lo miró con actitud comprensiva. “Ahora debemos confiar en Dios”, le dijo. No hubo
reproches ni voces de desaliento; por el contrario, la notó más afable que
nunca.
Esa noche Roberto no pudo conciliar el
sueño. Primero estuvo en la sala, a oscuras, mirando la ciudad a través de la
ventana; luego encendió el televisor pero no pudo concentrarse en ninguna
película, por último se dirigió al cuarto y dio vueltas en la cama desde la
madrugada hasta el clarear del día. ¿Qué voy a hacer? Se
preguntaba.
Su esposa lo animó de nuevo, en el desayuno, Luego sus
hijos le repitieron las mismas palabras. A quien le costaba trabajo entenderlo,
era a él. ¡Dios no lo abandonaría a su suerte!
A media mañana leyó la Biblia. Se enfocó en los
salmos. En particular un pasaje le llamó poderosamente la atención. Lo había
leído muchas veces, pero en aquella ocasión cobró sentido. Pareciera que las
palabras salían de las páginas y le hablaban al corazón:
“El Señor es mi pastor; tengo todo lo que
necesito. En verdes prados me deja descansar; me conduce junto a arroyos
tranquilos. Él renueva mis fuerzas. Me guía por sendas correctas, y así da
honra a su nombre. Aun cuando yo pase por el valle más oscuro, no temeré,
porque tú estás a mi lado. Tu vara y tu cayado me protegen y me confortan.”
(Salmos 23:1-4. NTV)
Cuando tuvo una comprensión de todo cuanto
implicaba aquél texto, fue a la cocina, besó a su esposa y se dispuso a buscar
trabajo. “Si Dios está con nosotros, pronto hallaré empleo.”, le
dijo con optimismo.
Una semana después estaba en otro lugar
trabajando, en mejores condiciones y con posibilidades de ascender. Reconoció
que confiar en Dios encierra un poder transformador. No es sólo la actitudsino la disposición y a
estos dos elementos, sumarle uno tercero: la acción. ¡Y Dios
responde!
Dios jamás nos deja solos. Él nos acompaña en los
momentos de crisis y nos lleva siempre a nuevos niveles, hacia la victoria,
cualquiera sea la circunstancia adversa que enfrentemos.
Si aún no ha recibido a Jesús como su Señor y
Salvador, hoy es el día para que lo haga. Ábrale su corazón a Jesucristo. Él
traerá cambios profundos a su vida y producirá un impacto positivo y
transformador en su familia.
3.- Oración familiar:
“Dios de los cielos, gracias por ser el
Dios que ama la familia y nos permites, a todos nosotros, mantenernos unidos
aún en medio de las situaciones difíciles. Sometemos las necesidades que
podamos tener en nuestro hogar. Confiamos plenamente en tu provisión y que
harás un milagro con nosotros. En tus manos quedamos. Amén”
4.- Una Meta familiar para hoy:
En adelante comenzaré a desarrollar plena confianza en
la provisión de Dios, por su poder ilimitado.
Escrito por: Fernando Alexis Jiménez
Fuente: mensajerodelapalabra.com
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