Un grupo de refugiados cristianos celebró un
culto de acción de gracias en uno de los
campamentos de inmigrantes en la
ciudad portuaria de Calais. Personas de Sudán, Etiopía y Eritrea cantaron,
oraron y recogieron dinero para financiar un generador para el campamento.
Por otra parte, Francia y
Reino Unido están preocupados por la cantidad de migrantes que ingresan a
Europa a través del Eurotunnel.
La policía francesa
registró durante la madrugada del martes 600 intentos de intrusión de migrantes
en el Eurotunnel, cerca de Calais, y repelió a unos 400.
La cifra es inferior a la
de la madrugada anterior, cuando se produjeron 1.700 intentos de cruzar a Reino
Unido.
El grupo Eurotunnel, que
explota el túnel de la Mancha entre Francia y Reino Unido, anunció que estaba
llevando a cabo una inspección en el corredor sur del túnel tras detectar una
anomalía, lo que provocó retrasos en los trenes el martes, informa AFP.
Según la Organización
Internacional para las Migraciones (OIM), entre 3.000 y 5.000 migrantes acampan
en Calais, a la espera de encontrar una forma de atravesar el Canal de la
Mancha.
Desde el 1 de junio,
murieron 10 migrantes al tratar de entrar en el Eurotúnel.
"Europa tiene una
responsabilidad moral y política para responder (a esa crisis) de forma
humanitaria", dijo Eugenio Ambrosi, director de la OIM para la Unión
Europea.
Ambrosi también consideró
que los proyectos de reforzar las barreras alrededor del puerto y del túnel
"serán ineficaces para controlar las migraciones irregulares, peligrosos
para los migrantes, y aumentarán las peticiones a los traficantes de
personas".
La OIM también informa que
más de 2.000 migrantes murieron en lo que va del año al tratar de cruzar las
aguas del Mediterráneo rumbo a Europa, un balance de víctimas que supera el del
mismo periodo de 2014, cuando fallecieron 1.607 personas.
"Por desgracia, este
fin de semana hemos alcanzado una cifra superior a los 2.000 migrantes y
refugiados fallecidos" en 2015, declaró Itayi Virri, portavoz de la OIM,
en Ginebra.
La organización también
indicó que desde enero llegaron unos 188.000 migrantes a Europa, sobre todo a
Grecia e Italia, a través del Mediterráneo, y vaticinó que pronto se alcanzará
la cifra simbólica de 200.000 personas.
Unos 97.000 migrantes y
refugiados alcanzaron las costas italianas y cerca de 90.500 llegaron a Grecia.
En cuanto a la
aglomeración de migrantes en Calais, las autoridades municipales atribuyen
parte de la culpa a Gran Bretaña, a la que consideran responsable por ser el
principal imán para los migrantes que llegan a esa ciudad portuaria. La
alcaldesa afirma que reclamará indemnizaciones por valor de millones de euros.
"Calais tiene un gran
problema", señaló Kevin Westhead, un camionero británico que cruza el
canal de forma habitual. Su camión se ve detenido cada vez más a menudo
mientras Eurotunnel despeja el paso de migrantes que tratan de colarse hasta
Gran Bretaña. "Con la cantidad de migrantes que creo que hay ahora, es un
gran problema... No me gustaría vivir en Calais en este momento".
Para miles de migrantes,
Calais es la penúltima parada en un viaje peligroso que a menudo incluye una
estancia en la caótica Libia y una arriesgada travesía a Italia por el
Mediterráneo. Calais tiene campos de refugiado en las dunas cercanas, en zonas
boscosas y al menos una tienda de alimentación. Los campamentos empezaron a
aumentar después del cierre en 2002 de un hangar en la cercana Sangatte que
alojaba a miles de migrantes.
La alcaldesa, Natacha
Bouchart, consiguió que el gobierno francés estableciera un centro de auxilio
fuera de la ciudad, donde se ha establecido un enorme campamento. El centro
ofrece duchas y una comida diaria, además de reducir la presencia migrante en
la ciudad.
"Los pulmones
económicos de Calais se han visto muy afectados por esta situación", dijo
el vicealcalde Emmanuel Agius, añadiendo que el golpe al turismo ha sido
especialmente duro.
Unos 30 millones de
personas pasan cada año por Calais, especialmente a través del puerto o el
túnel, pero no se quedan para gastar dinero. "Estas personas son turistas
potenciales", dijo Agius. "Pero estas personas no se ven tentadas de
quedarse. El problema migrante es, por desgracia, devastador".
Calais es una ciudad de
unas 75.000 personas con motivos para atraer turismo. Se encuentra en la costa
de Ópalo y ofrecen unos pocos tesoros culturales, como el ayuntamiento de
ladrillo rojo con una torre de reloj declarada Patrimonio de la Humanidad por
la UNESCO, y una escultura de Rodin, "Los burgueses de Calais" en la
plaza principal.
Pero en la localidad hay
un ambiente sin alegría, y directamente sombrío en el centro. A las viviendas
pequeñas les falta una mano de pintura, y plantas industriales marcan el
paisaje. Una de ellas, una planta química, acogió en su día a cientos de
migrantes en su terreno.
"En la actualidad,
consideramos que tenemos importantes pérdidas financieras", dijo Agius,
reiterando la petición de la alcaldesa de que se celebre una reunión a tres
bandas entre ella y los primeros ministros de Francia y Gran Bretaña. La
alcaldesa quiere celebrar la cumbre al final del verano, con la esperanza de
que Calais reciba una compensación por sus pérdidas. La semana pasada, Bouchart
dijo a medios franceses que pediría 50 millones de euros.
"La ciudad de Calais
tiene derecho a vivir como cualquier ciudad europea", dijo Agius,
"tiene derecho a desarrollarse como cualquier ciudad europea".
El encargado del Family
Pub en Calais dijo haber sentido en sus finanzas el descenso de visitantes
extranjeros. Los turistas foráneos suponen al menos el 30% de las ganancias del
pub, por lo general veraneantes británicos de paso hacia el sur, o franceses y
españoles que viajan al norte.
Xavier Elfassy culpa a los
gobiernos franceses y británicos por no resolver la situación migrante, y dice
que la mayoría de sus clientes ven a los migrantes como "los
desafortunados que huyen de guerras".
"Tan sólo somos espectadores
de su sufrimiento", dijo el encargado del Family Pub.
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