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Hasta 3.000 familias cristianas que habían huido de la guerra con Boko Haram a campos de Personas Desplazadas Internamente (PDI) o que han sido hospedadas por otras familias de Maiduguri, en el noreste de Nigeria, han recibido la ayuda alimentaria de emergencia que Puertas Abiertas ha conseguido llevar a una zona extremadamente difícil de acceder. Los paquetes se han podido distribuir desde el mes de octubre, beneficiando hasta la fecha a cerca de 15.000 cristianos que estaban sufriendo el hambre provocado por la presente crisis humanitaria.
Todos estos cristianos fueron desarraigados de sus tierras por la insurgencia de Boko Haram que comenzó en 2009 y alcanzó su grado más alto en 2014. El grupo rebelde islámico se adueñó de grandes áreas del sur de Borno y del norte de Adamawa, estados del noreste de Nigeria y en 2014 declaró un califato con la ciudad de Gwoza como capital.
Un gran número de los cristianos desplazados a los que ha ayudado Puertas Abiertas provienen de Gwoza o de los alrededores. En los últimos años, los rebeldes de Boko Haram han apuntado especialmente a los cristianos, matando a un número desconocido de cristianos y quemando muchas iglesias. “Los cristianos en el estado de Borno están traumatizados, desplazados y han perdido toda esperanza. En el área de Gwoza no hay una solo iglesia en pie. En la parte este de Gwoza los cristianos eran mayoría. Incluso dentro de la ciudad de Gwoza y sus alrededores había muchos cristianos. Ahora no quedan cristianos”, dice el obispo William Naga, líder de la Asociacion Cristiana de Nigeria (ACN por sus siglas en inglés) en Borno.
Muchos musulmanes que se oponían a Boko Haram también fueron desplazados. Los cristianos que terminaron en campos con musulmanes dicen haber experimentado discriminación. Según explica Naga: “El gobernador hizo lo mejor que pudo cuando los cristianos tuvieron que huir de sus hogares en 2014 y 2015. Pero cuando el cuidado de los campos fue delegado a otras organizaciones, empezó la discriminación. Les daban comida para los refugios, pero si eras cristiano no te daban comida. Incluso te decían abiertamente que la ayuda no era para los cristianos”.


John Gwamma, director de un campo de refugiados cristiano informa, explica: “Hemos creado campos informales cristianos porque los cristianos estaban siendo segregados en los campos formales. No les daba comida ni tenían permitido ir a la iglesia.” Aunque la situación en el norte es grave, las circunstancias en estos campos cristianos informales eran particularmente terribles y el hambre empezaba a ser intenso. Durante una visita reciente a Maiduguri, los colaboradores de Puertas Abiertas testificaron de cómo la gente había recurrido a comer hojas de los árboles.
La ayuda de Puertas Abiertas ha llegado en el momento oportuno para las 3.000 familias. Los paquetes consisten de 100 kilos de maíz, 50 kilos de alubias, 4 sábanas y dinero en efectivo para comprar aceite o jabón. Estos paquetes son asistencia de emergencia que les ayudara a sobrevivir durante los próximos meses.
“Tuvimos que huir de Boko Haram porque no nos permitían ir a nuestra granja”, dice Mary Charles, una de las beneficiarias, y añade: “no teníamos agua para beber ni nada para comer. Pero tomamos fuerzas de la Biblia. Está escrito que habrá tiempos en los que sufriremos, pero que el sufrimiento terminará por la gracia de Dios. Tenemos que perseverar. Yo agradezco a Dios por esta ayuda de comida y agradezco a las personas que la trajeron. Ahora tenemos comida que podemos dar a nuestros hijos. No teníamos nada que darles”.
Los cristianos en el noreste de Nigeria siguen necesitando desesperadamente nuestras oraciones. Según el obispo Naga, “solo las ciudades grandes están bajo el control del ejército nigeriano. Las afueras de estas ciudades y pueblos no son seguras. Boko Haram esta aún en control de grandes partes del estado de Borno. No podemos regresar. Tenemos miedo de vivir junto a nuestros vecinos musulmanes. No sabemos si podemos confiar en ellos”.
Mientras el noreste permanece bajo una atmósfera prolongada de inseguridad, no hay esperanza de mejora para la crisis humanitaria. Aun en los pueblos a los que han podido regresar, los cristianos no pueden acceder a sus granjas por las actividades continuas de Boko Haram.

“Cristianos de todo el mundo, añoramos sus oraciones. Primero, queremos que oren para que Dios nos dé corazones para perdonar y amar a nuestros hermanos musulmanes. Segundo, queremos que oren para que busquemos el rostro de Dios y le pidamos fortaleza para empezar nuestras vidas de nuevo. Tercero, que nuestros hermanos continúen orando por nosotros para que no nos demos por vencidos, sino que continuemos en nuestra fe de una forma dinámica, fuerte, vibrante y valiente. En la mayoría de nuestros lugares todo ha sido saqueado y las iglesias han sido quemadas. Nuestro sustento de vida nos ha sido quitado. 
Pero hay una cosa que no nos ha sido quitada: nuestra fe en Cristo Jesús”,

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