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Una keniata de 21 años, que creció en una estricta familia musulmana, y que era forzada a orar cinco veces al día, está ahora experimentando lo que muchos, que provienen de familias musulmanas sufren cuando dejan el Islam y dan sus vidas a Jesucristo. Así lo expresa un reporte de una organización no gubernamental cristiana.
International Christian Concern compartió el testimonio de una cristiana convertida de Kenia, identificada con el seudónimo de Rahma.
Rahma, según ICC, fue criada en una familia musulmana de ocho integrantes, con padres que solo deseaban que sus hijos fuesen musulmanes devotos. El problema era que Rahma sentía que el Islam solo era “una pesada carga” que debía llevar.
“El Islam era un peso en mi corazón. Sentía que estaba siendo forzada a creer en cosas que eran una carga para mi. Así que, hace tres semanas atrás, respondí al llamado de Dios y puse mi fe en Cristo Jesús,” contó Rahma.
La muchacha detalló que empezó a cuestionarse las prácticas religiosas de su familia, y que a menudo se olvidaba de hacer sus oraciones diarias, lo que desencadenaba el castigode su padre.
Después de que la madre de Rahma falleciera en 2001, el padre se cansó de la manera tan liviana en que la muchacha tomaba la religión y la mandó con una tía en Mombasa, con la esperanza deque aprendiera la importancia de someterse a las estrictas demandas de la fe musulmana.
“Vivir con mi tía y mis primos en Mombasa solo empeoró las cosas, porque teníamos dos habitaciones dedicadas a la oración -una para las mujeres y la otra para los hombres. Y como si no fuera suficiente, mi tío contrató un mentor que me ayudara a ‘crecer en los caminos de Alá’,” explicó Rahma. Esto solo duró unas semanas y ya no pude continuar porque no entendía nada. El mentor también se dio por vencido y esto molesto mucho a mi familia. Un nuevo nivel en la guerra comenzó después de esto.”
Mientras Rahma continuaba cuestionandose la fe de su familia, ICC destacó que su curiosidad por el cristianismo seguía creciendo, hasta que finalmente dio sus frutos en 2016, cuando comenzó a escabullirse de la casa de su tia para asistir a los servicios en la iglesia cristiana.
Un día, su familia descubrió que se había escapado para asisitir a una vigilia de oración en Mombasa, donde recibió literatura cristiana.
“Cuando regresé a casa por la mañana, mi tía me castigó después de enterarse de que había estado en la iglesia. Me insultó frente a mis primos y aseguró que no volvería a salir de la casa. Esa semana me dio dinero para que comenzara un pequeño negocio casero de belleza,” recordó Rahma. “Mi deseo de volverme cristiana era cada vez más fuerte, así como mi disgusto por el Islam. Yo quería entender qué era exactamente el cristianismo y quien podría ayudarme a cambiar mi fe.”
Aunque Rahma continuó fingiendo seguir las prácticas islámicas para apaciguar los ánimos de su familia, un amigo la contactó con un Pastor llamado John Magenge. Rahma conoció al pastor el pasado Octubre, según el reporte de ICC.
“Cuando vino a verme en octubre, me di cuenta que ya había superado varios obstáculos a traves del islamismo. Estaba lista para poner su fe en Cristo, testificar públicamente acerca de su fe y quizás bautizarse,” contó Magenge. “Así que le pregunté sobre su deseo de ser cristiana y sí, ella tenía razones válidas para ser guiada en su conversión. Ha estado creciendo de una manera increíble y la hemos puesto en un discipulado que requiere lectura bíblica, oración y fraternizar con otros creyentes.”
Rahma contó que después de convertirse a Cristo, no pasó mucho para que su familia lo supiera.
En la madrugada del 29 de octubre, Rahma fue descubierta por su tía leyendo una Biblia en Swahili.
“Estaba inmersa en mi lectura y en mis oraciones cuando mi tía entró a la habitación y me encontró teniendo mi tiempo de devoción. Se puso furiosa y me preguntó cuando había traído la Biblia a la casa,” dijo Rahma. “Junté coraje y le dije que había entregado mi vida a Jesucristo.”
“Al oir mis palabras hizo un escándalo, despertando a todos en la casa,” continuó Raham. “Frente a los demás reiteré mis palabras: había dado mi vida a Cristo y estaba lista para continuar con mi fe cristiana porque hay vida eterna en Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.”
Su conversión hizo que su familia la viera como una apóstata y una infiel. Como muchos convertidos del Islam al Cristianismo, Rahma fue rechazada por su propia familia.
“Ellos me corrieron de la casa,” dijo Rahma.
Afortunadamente, el amigo de Rahma, que le había presentado al Pastor Magenge, le dio un lugar para vivir en su casa de Mombasa.
“Llegaré hasta donde tenga que llegar para vivir para Dios y para servirle, sin importar el nivel de persecución que tengaque enfrentar,” aseguró Rahma. “Cristo es mi esperanza y el Evangelio de Salvación debe ser predicado a la comunidad musulmana. Dios me ayudará.”
Como Jesús dijo en Timoteo 2, “quien quiera vivir piadosamente, sufrirá persecución.”
Según Puertas Abiertas Estados Unidos, en su lista mundial de países perseguidores de cristianos, Kenya ocupa el puesto 18, a pesar de ser un país de mayoría cristiana.
Como dijo Jesús en 2 Timoteo, “todos los que quieran vivir una vida piadosa en Cristo Jesús serán perseguidos”.

Los grupos que lideran la persecución son radicales islámicos como el de Somalia al-Shabaab, y grupos vinculados a Al-Qaeda, que perpetran ataques contra cristianos en Somalia y en Kenia.
Fuente: gacetacristiana.com.ar

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