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Quizá te ha fallado algún amigo o alguna amiga. Pero no te desalientes, también le pasó al apóstol Pablo y a Jesucristo. Recuerda: «Todos los discípulos lo abandonaron y huyeron» (Mat. 26: 56). Los seres humanos no somos confiables. No creas que siempre se deba a ingratitud o a traición; a veces es por causas difíciles de precisar. No pienses mal de tus amistades.
De todos modos, es un hecho que no se puede ponderar. Un amigo verdadero está presente cuando todos se han marchado. Hasta las personas más famosas han experimentado momentos de depresión, cuando necesitan un verdadero amigo que los anime. «Babe» Ruth fue una de las grandes estrellas del béisbol. Su explosivo bate produjo un total de 714 jonrones. A Babe lo admiraban muchas personas, pero con el paso del tiempo su popularidad comenzó a disminuir. Finalmente los Yankees lo traspasaron a los Braves. Durante uno de sus últimos partidos en Cincinnati, Ruth pasaba por una mala racha. Salió desinflado y realizó malas jugadas, lo que provocó que los Reds anotaran cinco carreras en una entrada.
Mientras Babe se dirigía a los vestuarios, cabizbajo y desanimado, se escuchó un coro de abucheos entre la «fanaticada». Sin embargo, sucedió algo extraordinario. Un muchacho saltó la valla y con lágrimas en los ojos corrió hacia el gran atleta. Sin pensarlo, se arrojó a las piernas de Ruth y se aferró a ellas. El jugador lo alzó y lo colocó de nuevo en el césped. Acarició suavemente su cabeza, lo tomó de la mano y los dos salieron juntos del terreno de juego.
Creo que podemos proclamar dos verdades. Primera, que la falta de apoyo de un amigo no siempre es ingratitud ni traición. Por lo tanto, no trates con mucha severidad a tus amistades. Segunda, que Jesús perdonó a sus amigos que lo abandonaron y volvió a confiar plenamente en ellos. El apóstol Pablo también. Sigue su ejemplo.
Sin embargo, esta es la verdad más importante: aunque toda amistad terrenal falle, siempre podrás encontrar un amigo en Jesús. Él es un amigo más fiel que un hermano (lee Prov. 18: 24). Es un amigo con quien siempre podemos contar. Pero [Jesús no pierde la confianza en sus amigos. Recuerda lo que dijo a los once desertores: «Ustedes son los que han estado siempre a mi lado en mis pruebas» (Luc. 22: 28).

Procuremos ser amigos fieles de Jesús, porque él es nuestro Amigo más fiel.
Tomado de: “¿Sabías qué…?” (Félix H. Cortéz


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